
- April 7, 2025
- Aprendizaje Cultural, Cultura, Diversidad, Emigración, Ensayo, Galicia, Identidad, Relato, Sociedad
La cultura gallega debe estar orgullosa de su legado, de su futuro y de su capacidad de ser dos o más culturas, sin dejar de ser una propia. Esta es una demostración de su gran desarrollo cultural que la sitúa muy por encima de otras culturas endogámicas y etnocéntricas. Esa es su grandeza. Galicia forma parte de una identidad global universal con una marcada entidad y personalidad propias, que supera ampliamente a la misma génesis de la cultura europea, de la cual ella es, en parte, consecuencia de la existencia milenaria de Galicia.
Quiero dar gracias a la Galicia que desde niño admiré. Como Ulises, sus hombres y mujeres valientes y lúcidos se embarcaban en viajes de leyenda, repartiendo por el mundo su arte, su técnica, su música y poemas; construyendo con sus manos prodigiosas, viviendas o jardines; emprendiendo todo tipo de empresas y utopías. Colgaba en sus labios su idioma melodioso, hecho para la concordancia del amor, la resiliencia y la plegaria. Dejaban atrás su mar palpitante de vida para llevarse la añoranza con cada latido de sus corazones. Galicia siempre estaba ahí, resplandeciente como una Ítaca verde, esperándoles, como Penélope, tejiendo y destejiendo estrellas encendidas.
Viajes, travesías, regresos y reencuentros son la evocación más antigua de mi memoria inocente: junto con las historias de Simbad el Marino se aunaban en mi mente el valor de esos gallegos inquietos que, sin olvidar jamás su tierra, se asomaban al mundo con Galicia en su cerebro y sus venas. Esos gallegos sabían lo que duele la tierra natal cuando estamos lejos de ella y aun así eran capaces de abrazar la diversidad y aprender de ella, que en esta tierra de viajeros que vuelven, la riqueza consiste, evocando a la Ana Karenina de Tolstoi, en comprender que «toda la diversidad, todo el encanto y toda la belleza de la vida se componen de luces y de sombras».
Los años pasaron y creo haber cumplido mi sueño. Me asomé al mundo con su ejemplo y su recuerdo y aprendí, como tantos gallegos emigrados en su propio país o en el mundo, tal como lo expresó tan bellamente Borges, refiriéndose a su amigo el mexicano Alfonso Reyes: «Supo bien aquel arte que ninguno supo del todo, / ni Simbad ni Ulises, / que es pasar de un país a otros países y estar íntegramente en cada uno».
Viajé por el mundo, y regresé a esta tierra del noroeste con mis orígenes asturleoneses, que acoge peregrinos de todas las lenguas, de todas las razas y condiciones. Llegué a esta Galicia emprendedora e innovadora que muestra con orgullo la belleza de sus paisajes, la riqueza de su cultura, la amabilidad de sus gentes que son a la vez fuertes y afables. Volví como un gallego más que ha recorrido el mundo para disfrutar de nuestra cultura y digo nuestra porque soy gallego de corazón desde hace muchos años, por mi estrecha vinculación con la Galicia exterior y además, por el hecho de que mi abuelo estuvo viviendo temporalmente en Ribadeo donde ejerció la notaría, entorno social y geográfico del que disfruté a través de los relatos infantiles de mi abuela y de mi madre.
También en Galicia hemos construido nuestros propios mitos, algunos de ellos relativamente recientes, que nos han ayudado a cimentar nuestra identidad. Hoxe traio á memoria, e tento facelo en galego, a Castelao, a quen rendemos homenaxe no presente 2025 ao cumprírense setenta e cinco anos da despedida do home e o nacemento do mito. Activista social, pensador, artista, escritor e defensor da súa cultura foi exiliado de Galicia á que só regresou tras o seu pasamento en Bos Aires. Castelao é símbolo de ética social, integridade, compromiso, de amor pola súa cultura, de universalidade.
En cuanto a la universalidad, Castelao representa y nos identifica, alegóricamente, con tantas gallegas y gallegos que han emigrado y han llevado Galicia a través del mundo y han aprendido de muchas sociedades diferentes, reforzando así su carácter universal, ensanchando sus fronteras. Siempre hemos sido un pueblo que exporta e importa cultura. Hemos llevado a Galicia a distintas geografías del mundo e incorporado y aprendido conocimientos de todas ellas. Son esas otras patrias que acostumbro a llamar interinas, en homenaje a mi querido Benedetti, en las que los gallegos han construido vidas, dejado su huella y asumido otras tradiciones. Y todo esto lo hemos hecho sin perder a nosa cerna, esa esencia propia que nos define. Galicia forma parte de una identidad global universal con una marcada entidad y personalidad propias, que supera ampliamente a la misma génesis de la cultura europea, de la cual ella es en parte consecuencia de la existencia milenaria de Galicia.
Las relaciones que existen entre las características multidimensionales de las culturas son una base importante para la sobrevivencia de ellas, incluyendo sus creencias filosóficas, sociales o religiosas. Un ejemplo nítido es cómo China a traves de su historia, logró mantener el pensamiento de Confucio y su orden social, con la ampliacion filosófíca del budismo y del taoísmo. Es un caso de coexistencia cultural sin abandonar los principios medulares, en este caso, ideológicos, reforzado todo con la base central que Confucio le dio a la educación. Es decir, entre los principios del aprendizaje cultural no está en reemplazar unas prácticas culturales por otras, sino en ser capaces de incluir nuevas prácticas sin omitir las viejas, necesariamente. Por supuesto, que en ocasiones de malas prácticas, el aprendizaje cultural requiere de mecanismos de desaprendizaje y reaprendizaje. El gran talón de Aquiles de la cultura china está en su poca exposición a otras culturas lo que le impide interaccionar con flexibilidad con ellas, pero su pragmatismo y reciente exposición multicultural, podría poco a poco dar un salto en el aprendizaje intercultural sin el abandono de sus principios centrales.
En mis investigaciones de aprendizaje social y cultural que, durante años, realicé con culturas indígenas, hispanas y angloamericanas de Texas, Colorado y Nebraska, se observaba que el mayor desarrollo de una cultura se manifestaba cuando era capaz de interaccionar con otras y aprender de ellas, pero sin la pérdida de sus propias señas de identidad. Cambiar una cultura por otra era un mecanismo de asimilación que daba lugar al aprendizaje etnocentrico, opuesto al cultural. La pérdida de identidad se manifestaba en los desaprendizajes producidos, mientras que el mantenimiento de la cultura original con la apropiacion de otras práctica etnicas o culturales, enriquecía la cultura medular, lo que daba pie al desarrollo del principio más decisivo del aprendizaje cultural, la aculturación.
La cultura gallega debe estar orgullosa de su legado, de su futuro y de su capacidad de ser dos o más culturas, sin dejar de ser una propia. Esta aculturación es una demostración de su gran desarrollo cultural que la sitúa muy por encima de otras culturas endogámicas y etnocéntricas. Esa es su grandeza. Persistiremos en nuestro afán de trabajar desde Afundación por, para y desde una gran Galicia universal que señala nuestro Norte, sabiendo que, como decía Castelao, «A liberdade é a única reserva coa que contan os pobos para construír a súa identidade e o seu futuro».
© 2025 Miguel Ángel Escotet. Blog Cajón de Sastre. Todos los derechos reservados. Se puede reproducir citando la fuente y el autor. Este es el artículo en su versión original de la que publicó La Voz de Galicia en su edición del 5 de abril de 2025, que por razones de espacio debió ser ligeramente condensada y que puede leerse en su versión impresa en la foto que aparece a continuación o digitalmente en este enlace: artículo de La Voz de Galicia. La ilustración de la cabecera que representa la fachada del Parlamento de Galicia es del pintor Jorge Peteiro..
La extraordinaria «Autocaricatura» de Castelao, 1914, es un grabado/ serigrafía, 65 x 30’50 cm. que pertenece a la colección del Museo de Pontevedra. La ilustración de la caricatura en el Parlamento es de Berta Veira, que refleja el momento en que se entregó el cinco de abril de dos mil veinticinco a Afundación la Medalla del Parlamento de Galicia 2025, en la que este artículo se inspira como agradecimiento. La caricatura está arropada con el fino humor de personas y de los personajes de los comics que la caricaturista sabe que son mis preferidos, Snoopy y Mafalda.