- January 13, 2011
- Educación, Teoría Educativa
La educación en general tiene que concebirse como un proceso a lo largo de la vida. Una educación sistematizada a unos cuantos años de la vida de las mujeres y hombres no garantiza la conservación y desarrollo de la condición humana, ya que ésta reclama el perfeccionamiento constante de la humanidad. Pero amparados por la falsa premisa de que la educación es fundamentalmente el proceso capacitador profesional —percibiendo al ser humano como un agente de producción y olvidando que tiene funciones sociales, culturales, cívicas y familiares— se ha creado una estructura de certificación sobre la cual se basa todo el sistema educativo. Sistema que llena al estudiante de certificados, títulos, constancias y diplomas desde muy temprana edad, como parte de una llamada «diplomatocracia», que los convierte en buscadores de prestigio y no de conocimientos y los hace perder la perspectiva de que el aprendizaje es permanente y dura a lo largo de la vida. Pareciera que lo único importante fuera conseguir títulos y una vez obtenidos reposar para siempre del esfuerzo realizado.